sábado, 13 de agosto de 2011

Los talibanes y el contrabandista

Los talibanes y el contrabandista


La tarea del contrabandista es superar las fronteras, llevar de un sitio a otro superando fronteras aquellas mercancías que en un lado u otro tiene mas valor, son mas desconocidas o son de mayor necesidad. Es una tarea arriesgada y por ello, como se diría en la actualidad, tiene mas valor añadido,

Las fronteras actuales son de todo tipo: físicas y geográficas, ideológicas, tribales, de clase social y económicas, podemos añadir hasta el infinito. Unas son visibles, otras no. La frontera como límite, como línea visible, como barrera que hay que levantar es la mas directa. Pero en lo profundo de la montaña, en las cimas, no existe esa barrera, se sabe que allí es la frontera, se sabe que esa piedra es el límite, que la cresta es el linde. Las fronteras auténticamente invisibles son esas que no se saben donde están ni quien las dispone, pero que están ahí.

No voy agotar el tema de la frontera, será recurrente en este blog si sigo escribiendo en el. Será una de sus temas principales.

En las fronteras están también los personajes que todos situamos por naturaleza en ellas, son los controladores, la policía, los carabineros, los guardias de fronteras con sus nombres y variantes. Todos tenemos su imagen y función en la mente.

Para el mundo de las ideas también hay sus policías, sus guardianes y sus carabineros. Unas ejercen abiertamente, otras mas discretamente, pero son mas o menos perceptibles.

Pero a donde quiero llegar ahora es al mundo de lo personal. A aquellas fronteras vigiladas por los “talibanes”. Son personajes cuya misión parece ser vigilar quienes somos de una manera u otra, quienes estamos aquí o allí, quienes hacemos las cosas de una manera u otra. E incluso suelen clasificar a las personas por tribus. Su tribu, la otra tribu, básicamente.

Hace poco he tenido un par de sucesos con talibanes. Curiosamente antes de emprender el contrabando que quería iniciar con este blog ha habido sucesos en lo personal que me han recordado que las fronteras existen y que hay quienes las vigilan.

Estos talibanes marcaban unas fronteras en las cuales yo me quedaba fuera de su “tribu” por mi pasado. Era curioso porque no era yo quien hablo del tema. Estos sucesos eran mi participación en el movimiento del 15 m, mi última acción militante en Los verdes y, oh sorpresa, mi proximidad a una persona que estimo mucho.

Lo de la acción militante, dar mi nombre para unas candidaturas electorales, era un riesgo mas o menos calculado que tuvo sus consecuencias. La mas lamentable la de que en la ciudad de Huesca no se terminasen sacando mejores resultados. Pero en el mundo de la política estas cosas pasan, el relucir de cuchillos, especialmente en familia, es cosa común, Y sucedió, salio mi pasado, de rebote de otra discusión, y el “lider” creyo mas conveniente no acercarse por Huesca.

Lo que 15 M es moneda corriente. Soy un inquieto en las cuestiones sociales y no suelo mirar quien es el organizador y dinamizador en cada momento. Miro si la creo justa, si esta en los parámetros de lo que defiendo, y aparezco. Aquí arriba “todos nos conocemos” y veo que se sorprenden unos u otros cuando voy a una manifestación, una concentración, la reunión de una asociación, o participo en una huelga. Con mayor o menor fortuna estoy allí: las movilizaciones en el tema del agua, las de la defensa de la montaña, las de defensa del mundo rural, las movidas de los ganaderos, la lucha por la integridad de la montaña,… pues eso, desde las huelgas generales de los agricultores hasta la manifestación de turno contra los pantanos, pasando por la lucha contra el mundo del esquí o contra la travesía central del Pirineo (TCP). Con lo del 15M como otras experiencias anteriores, asociación de vecinos por ejemplo, mi aparición ha sido marcada por personajes que quieren ir de discretos pero que pese a sus apariencias son viejos conocidos, llamémosles de una manera, u otra, su vocación es para-policial. Volveremos a hablar de ellos también.

Pero lo mas curioso, o no, lo que mas me ha llamado la atención ha sido que los talibanes han llegado al plano mas personal, como en una historia de familias enfrentadas por querellas inmemoriales, mi pasado ha sido la razón aducida para recomendar a una persona que mi compañía estaba mal vista por su “familia” .

Cuando uno se encuentra ya en el siglo XXI, cuando ya llevamos una década adentrados en él, que alguien reciba un mensaje de ese tipo, en el seno de una “familia” moderna no deja de sorprenderme.

Es posible que mi sorpresa sea culpa mía, que las cosas no han cambiado tanto como se dice y nos quieren hacer creer, que los que hablan de progreso y de modernidad están anclados, también, en viejos tabús y limitaciones.

No quedará otro remedio que entre las fronteras entre las que intentamos contrabandear incluyamos también esas fronteras tribales, “familiares”, personales. Entre otras cosas porque lo que queremos “pasar la muga” esa vez es la amistad y el aprecio de los que queremos.