viernes, 9 de marzo de 2018

El Gran Silencioso. La última figura de Junger.

La última “figura” de Junger: el Gran Silencioso.

En el 20 aniversario de la muerte de Ernst Junger, 17 de febrero 1998, es necesario por un momento recuperar su recuerdo.

En uno, es lo que tiene ser longevo -103 años-, de los llamados “testamentos” de Junger el volumen titulado “Los titanes venideros” nuestro pensador apunta una última figura en su catálogo. Se trata del “Gran Silencioso”.

Junger a través de su dilatada obra nos ha ido proponiendo grandes diferentes figuras: el soldado, el trabajador, el emboscado, el anarca, junto a otras menores y mas personales: el entomólogo, el escritor, el padre,… pero en esta obra que citamos abre el catálogo con una figura final.

El gran silencioso no es una nueva figura en si misma sino la continuación lógica de lo que ahora se llama relato de sus figuras, tras el emboscado y el anarca aparece el Gran Silencioso. Contiene a la vez las figuras del emboscado y el anarca pero las supera ya a la puertas del siglo XXI en el mundo de todos los ruidos físicos, mediáticos, informativos e informáticos, con su big data , la perdida de la intimidad y la burbuja en el mundo de las redes.

Frente ello el gran solitario recupera la tendencia de retirarse al bosque, no solo como retirarse del mundo actual, sino también como voluntad activa de oponerse moralmente y personalmente a ese mundo moderno, y ya pos-moderno. Y como voluntad de no ceder ante nada y resistir.

El gran silencioso tiene un problema, se trata de una figura que solo caben en los grandes conocidos, en su caso él mismo. Con larga carrera literaria, porque así se percibe su obra inicial “Tempestades de Acero”. Una oculta carrera política, que se reconoce en “Los titanes venideros” cuando se confiesa líder de los nacional-bolcheviques. Una etapa conspiracionista ¿era realmente “La Paz” el texto que iba a tomar Rommel como referencia en el golpe contra Hitler?. Y una pos-guerra dura donde tuvo que refugiarse en la literatura con resonancias. Un gran silencioso con este recorrido es un silencioso que deberíamos calificar como mínimo de curioso o anómalo.

 El gran silencioso contiene pues a la vez la rotundidad de escaparse al bosque, de convertirse en tu propia autoridad, también en el campo de la moral y la sociedad, política incluida, del anarca. Pero la supera cuando frente al ruido, propone el silencio.

Relectura pues necesaria estos días: “Los titanes venideros” porque no muere quien sigue en nuestra memoria y en nuestras lecturas. El mejor homenaje cara a este 17 de febrero.



En el corazón de la red (III). Velocidad y permanencia.

No es una cuestión de la red, es una cuestión del mundo actual, ya no se si moderno o posmoderno, la velocidad de las cosas no permite un análisis que permanezca, todo es velocidad y futilidad.
Contaba a modo de ejemplo un conocido como se esta perdiendo patrimonio toponímico en España. Antes todo lugar o rincón tenia su nombre. Un alto, una partida agrícola, cada huerto, cada barranco, cada ladera. Hoy la velocidad a la que pasamos por esos lugares hace que ya "no necesitemos" saber esos sitios por donde ya no tenemos ni tiempo para nombrarlos al pasar. Junto a eso el abandono de las áreas rurales y salvajes ya no hace necesario el denominarlas, nadie esta allí, nadie "ha de llevar un almuerzo" a esos lugares, y si pasa algo una llamada al 112, unas coordenadas de Google, y a esperar que "alguien" nos venga a buscar. Aunque ese "alguien" en algunos casos, muchos, sea una vieja institución española: la Guardia Civil. (Pero ese no era el tema de esta entrada).
En la red pasa lo mismo. La rapidez de las redes sociales, y su futilidad, cuyo ejemplo mas claro es un grupo de whatsapp, hacen que cualquier cosa, idea, mensaje, iniciativa o comentario valioso quede enterrado entre una mar de chanzas, alabanzas, simbolitos aprobatorios, y apostillas de todo tipo que terminan girando sobre cualquier banalidad surgida en ese mar de porquería de comentarios.
El ejemplo de esos grupos de whatsapp es el extremo de una realidad cada vez mas amenazante en las redes. Cambiar de red no mejora mucho la situación. Entrar en facebook o twitter no mejora la calidad de los comentarios. La abundancia de cualquier tipo de rumor que se difunde en base a un titular sin haber ni siquiera abierto el contenido que se difunde, ¿que queda de aquello de comprobar por varias fuentes tu información?. El acudir a redes mas minoritarias como Telegram hace que los mensajes tengan menos difusión y no mejora necesariamente la calidad de los participantes.

Todo ello trae la reflexión final ¿Como conseguir que los mensajes valiosos no queden enterrados entre comentarios basura? ¿Como conseguir que las entradas interesantes no queden sepultadas por un continuo de entradas sin sentido? No se si volver al blog es la solución. Quizás lo intente.